UNA CASA SIN TEJADO PARA MI AMIGO CONRADO

La llegada de Conrado a nuestra aula supuso para todos un acontecimiento muy emocionante. Lo primero que hicimos fue observar qué hacía, como era su cuerpo, como se movía, etc. Enseguida nos dimos cuenta de que teníamos una responsabilidad y un reto muy importante: averiguar cómo cuidar de él para que se sintiera bien y fuera feliz.

Lo primero que descubrimos fue que es vegetariano, sólo come vegetales (algas). Que tiene un estómago muy pequeño y sólo le damos comida una vez al día, la cantidad que cabe entre nuestro dedo índice y pulgar.

También descubrimos que su hábitat natural es un río y, por lo tanto, su agua es dulce y no salada.

Todos los días le damos de comer y cada tres días hemos estado cambiando el agua de su pequeña casa.

Nos dimos cuenta de que esa casa era demasiado pequeña para él y tras una intensa búsqueda dimos con la clave: existen recipientes para peces, de muchos tamaños y formas, se llaman ACUARIOS.

Ya teníamos un acuario y… de repente recibimos una carta muy especial.

Pero, además de agua, ¿Qué necesita Conrado para vivir en su acuario?

Nos pusimos, junto a nuestras familias, manos a la obra. En muy pocos días conseguimos reunir, entre todos, grandes tesoros para su casa.

Piedras maravillosas, conchas, plantas, un castillo, arena, una cueva, raíces, figuras de estrella, caracolas…

Conrado comenzó a nadar muy rápido, estaba tan feliz que aleteaba su nariz.

Lo primero que hicimos fue una clasificación de piedras, caracolas, figuras y otros objetos. Y después, decidimos ir enjuagando todos aquellos tesoros para limpiarlos bien antes de meterlos en el acuario.

Una vez estuvo todo limpio nos pusimos MANOS A LA OBRA.

Una vez terminado, lo llenamos de agua. Leímos en nuestro manual de acuarios que, para que el agua de su casa tuviera las condiciones óptimas y se asemejara lo máximo posible al agua de un río, debíamos echar unas gotitas de un líquido azul y esperar algunos días antes de meter a Conrado. Así el agua de su casa estaría muy limpia.

Hemos estado contando los días que quedaban para el gran momento estampando su nombre con sellos de letras. Cada día poníamos una letra de su nombre.

Y entonces llegó el día tan esperado por todos. Era el momento de que Conrado entrara en su nuevo hogar. Pero no era tarea fácil. Tuvimos que seguir unos pasos para hacerlo bien y que Conrado no sufriera los cambios de temperatura y condiciones del agua.

Primero metimos a Conrado en una bolsita de plástico con el agua de su pecera
Después metimos la bolsa dentro del acuario y esperamos 10 minutos
Estuvimos observando qué ocurría, muy atentos a lo que estaba pasando
Tras pasar 10 minutos cogimos un poco de agua del acuario con un vasito y se la echamos dentro de la bolsa. Esperamos otro poquito.
Conrado ya estaba listo. Lo sacamos de la bolsa con un vasito y lo dejamos nadar.

Ahora ya tiene un nuevo hogar en el que nadar, nadar, nadar…

Sube arriba, baja abajo y todo eso es su trabajo.

Mueve su cola porque no tiene pies y nada hasta del revés,

se mira en el espejo y cree que es muy viejo

y con tantos tesoros que explorar de alegría quiere saltar.

QUE HERMOSA QUE HA QUEDADO

ESTA CASA SIN TEJADO

PARA NUESTRO AMIGO CONRADO

Alumnos/as de 3 años