Desde siempre estamos acostumbrados a ver las cosas y no nos detenemos a mirar. La observación de los pequeños detalles aporta grandeza a los objetos y nos permite ampliar nuestra capacidad de atención y concentración.
Al igual que las flores son bellas para atraer a los insectos y así realizar el proceso de la polinización, es muy importante incluir la belleza en los ambientes infantiles. El sentido de la vista se convierte en una suculenta invitación que nos lleva a la manipulación.
“Yo quiero tocar”
De pronto, un hilo rojo nos mostraba el camino hacia una nueva experiencia sensorial. Para saber hasta dónde llegaba, sólo debíamos hacer una cosa: recorrerlo “muuuuuuuuuy” atentamente.
Y de repente…
¡VAYA LÍO!
Aula 2 años