Este compró un huevo,
este lo puso asar,
este le echó la sal,
este lo removió
y… ¡este pícaro se lo comió!
Sorprende pensar que, a través de esta historia sin ningún sentido, el niño recibe variadas informaciones-emociones. Este juego lleva a un descubrimiento maravilloso: el movimiento de las manos de un pequeño, su extensión hacia el mundo, su prolongación al espacio, el contacto con las manos del otro, etc.
Desde la memoria y la cotidianidad, reconstruimos el mundo sensible por las manos de un niño, los sonidos unidos a su exploración del movimiento.
A través de la sabiduría popular guarda retahílas y cantarcillos, el niño pequeño explorador del extenso universo, descubre SU CUERPO, sus pies, boca, ojos, manos…, sonidos y movimientos, protegido por el cuerpo materno y compartiendo ese cotidiano descubrimiento.
Cada cual atienda su juego
Ana Pelegrín
Este trabajo forma parte de nuestro proyecto interdisciplinar «Se llama cuerpo». Durante estos meses hemos trabajado nuestro cuerpo a través de la memoria y la tradición oral que envuelven canciones y poemas con los que, con ayuda del adulto y como nos cuenta Federico Martín Nebras, el niño comienza a leer su primer libro: SU CUERPO.
El recorrido corporal es, por tanto, una lectura compartida y un descubrimiento que se inicia desde el nacimiento del niño y que se mantendrá durante toda su vida siendo «la llave que abre las puertas» de todo su aprendizaje.
Alumnos y alumnas de 2 años