Yo tengo dos manitas que dormían, que esperaban.
Que hace tiempo sólo se movían por reflejos y reaccionaban ante estímulos táctiles.
Más tarde reaccionaron ante estímulos también visuales y así, yo tocaba objetos, yo tocaba piel y percibía, a través de mis manos y también de mi boca todas y cada una de las sensaciones que me ayudaron a comenzar a conocer el mundo.
Yo tengo dos manitas pero, entonces, no lo sabía.
Un día las miré.
Descubrí que con ellas podía tocar objetos y cogerlos, sentir calor y frío, podía jugar, comer, y cada vez las movía mejor. Desde entonces no he parado de usarlas.
Ahora están despiertas. Me ayudan a relacionarme y a comunicarme conmigo, con los otros, con el mundo.
Voy a cuidarlas, a ejercitarlas, a fortalecerlas para así, nunca olvidar que yo tengo dos manitas.
Mª Belén R.
JUGUEMOS CON ELLAS…
Alumnos y alumnas de 3 años